Aerobitch empezaron en 1994 haciendo un punk rock crudo y primitivo, combinando en sus canciones letras agresivas con guitarras rápidas, concisas y potentes.
Un primer EP compartido con Frogger, del que los miembros de ambos grupos prefieren olvidarse, dio paso a grabaciones con más calidad de sonido pero igualmente brutales en sus planteamientos.
Poco después participaban en la banda sonora de la película Killer Barbies y en un tributo a Angry Samoans, además de publicar en su propio sello (Punch Records) un EP compartido con los también madrileños Fast Food, grupo con el que tenían miembros comunes por aquel entonces.
En diciembre del 96 vio la luz su primer álbum «C’mon Cop Make My Day» en Rumble Records: quince escupitajos del punk rock más salvaje que fueron recibidos con entusiasmo por la crítica especializada. El disco sorprendió a todos los que lo escucharon y les abrió un hueco entre los grupos más prometedores del punk rock estatal.
Ya en el 98 publicaron un EP compartido con los californianos Loudmouths (Punch) y el 10″ «13 Steps to Hell» también compartido, éste con Puñetazo (No Tomorrow).
Tras cambiar algunos miembros de su formación (nuevo batería y nuevo bajista), Aerobitch siguió cosechando muy buenas críticas, lo que, unido a un buen puñado de conciertos (entre ellos en Festimad 98), fue extendiendo la fama del grupo en nuestro país.
Mientras tanto, empezaron a hacerse un pequeño nombre en la escena punk internacional: aparecieron en un recopilatorio del sello alemán Radioblast y la revista OX y en otro del fanzine argentino No Sabe No Contesta, publicaron el mencionado EP compartido con los norteamericanos Loudmouths, fueron entrevistados por la revista griega The Thing (apareciendo en su CD) y recibieron muy buenas reseñas por parte de la crítica especializada extranjera (Maximum RNR, Sonic Iguana, Plastic Bomb, The Thing, Dig It, KALX radio…)
La formación se transformó en un quinteto poco antes de grabar su segundo LP «Time to Start Kickin’ Ass“, dieciséis canciones (17 en el vinilo) que reflejaban el trabajo de dos años y las enormes ganas de tocar del grupo. Una vez más se reconoce el peso de algunos de sus más importantes referentes (Dwarves, Adolescents, Motörhead, Circle Jerks, Heartbreakers…) aunque la compenetración y precisión ganada a base de muchos conciertos les permitió reflejar nuevas influencias de grupos que siempre les habían gustado (Poison Idea, Nine Pound Hammer, AC/DC) y que hasta ahora no habían aparecido claramente en sus temas. De nuevo, canciones directas, compactas, salvajes y muy buenas.
El grupo se lanzó a la carretera para dar a conocer por toda nuestra geografía su nuevo trabajo y su estupendo directo. Éxito de crítica y público: los conciertos se llenaban y el disco fue votado en varias publicaciones (Rock Sound, Popular 1…) como uno de los mejores del 98. En noviembre de ese año fueron reclamados por Radio 3 para grabar un concierto emitido por la segunda cadena estatal.
El grupo llegaba cada vez a mayor cantidad de público, lo que llevó a Punch a reeditar, en formato 10″, su primer álbum, que solamente había salido en CD. Y fuera de nuestras fronteras no permanecieron ajenos a la progresión de la banda, que publicó sendos EPs en los sellos Intensive Scare (norteamericano) y Beluga (sueco) y participó, entre otros, en el recopilatorio del sello americano Fat Wreck Chords «Short Music for Short People».
Todo ello provocó que, en julio del 99, realizaran con gran éxito una pequeña gira europea que recorrió ciudades de Francia, Bélgica y Alemania. Como resultado de esa gira, Aerobitch grabó el 10″/Mcd «An Urge to Play Loud» para el sello alemán People Like You y fue entrevistado por prestigiosas publicaciones extranjeras como la americana Hit List o la alemana Rock Hard.
El disco recibió críticas excelentes y la popularidad del grupo en Europa aumentó notablemente, y Aerobitch se volcó entonces en la grabación de su tercer álbum: «Steamrollin”. En él el grupo condensó con maestría los mejores ingredientes de sus anteriores discos para entregar al mundo un trabajo más conciso, poderoso, duro e intenso con el que volvieron a demostrar que el mejor Punk Rock’n’Roll no es patrimonio exclusivo de grupos norteamericanos o escandinavos.
Una nueva gira Europea, con una fantástica acogida, precedio al lanzamiento del que sería su último LP. Poco después, coincidiendo con la salida a la venta de «Steamrollin'», se produjo un nuevo cambio de batería que retrasó la gira de presentación del disco.
Estas dificultades, tensiones internas e imprevistos personales y familiares acabaron minando la moral de Laura Bitch, vocalista, que comunicó a los cuatro miembros restantes que dejaba Aerobitch. El resto del grupo inmediatamente decidió su desolución.
Unos meses después, tras completar todos los conciertos pendientes, Aerobitch daba su último directo en un concierto de despedida en la sala Gruta 77 de Madrid. Fue el 8 de junio de 2001.
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